Se habla de mascarillas, de geles, de distancia social, … Hemos pasado por muchas valoraciones: mascarilla no necesaria, mascarilla obligatoria; uso de gel, cuidado con el gel, etc.

¿Cómo de importantes son estas medidas para combatir el COVID-19? Los negacionistas, ¿locos y villanos, o iluminados y realistas?

Vamos a analizarlo desde un punto de vista razonable:

Parece claro que hay un cambio muy importante en la interacción del virus sobre nosotros en España en la “nueva normalidad”, y con ello, de los casos de hospitalización y UCIS. ¿Por qué? ¿Qué ha cambiado?

Mientras que en el Estado de alarma, y con una crisis sanitaria sin precedentes, se puso de manifiesto lo letal del virus, lo frágiles que son nuestros mayores, la importancia de que nuestros sanitarios dispongan de medios de protección; en la “nueva normalidad”, los contagios están fundamentalmente en la franja de los 40 años, y las hospitalizaciones y UCIS no están (hasta la fecha) provocando colapsos. La letalidad se ha reducido de forma abrupta, no así los contagios que están disparados por encima de los registrados durante los momentos más duros del mes de abril.

Bien es cierto que se conoce más del virus y cómo combatirlo, nuestros sanitarios están más preparados y disponen de medidas de protección y se están realizando y planificando la realización de test PCR con mucho más criterio y en mucho mayor número. Pero hay algo muy llamativo, la caída de los contagios en las personas mayores. Nuestros mayores tienen una concienciación mayor, saben que puede ser grave y se protegen. No les preocupa estar más aislados y salir menos de casa, han pasado tiempos peores.

En cambio, la gente joven y de mediana edad, con unas costumbres mucho más “caprichosas” no atienden a medidas, a distancia social. No hay miedo. Y los jóvenes: bueno, a priori son mucho más inconscientes y sociables por su edad, y por tanto son y seguirán siendo una potencial red de contagio. Sin embargo, harán lo que vean hacer a sus mayores. 

Conclusión

La estimación es que el lavado de manos y las mascarillas reducen en un 70% la probabilidad de trasmisión del virus.

Las medidas funcionan, los que no funcionamos somos nosotros. Hasta que no entendamos que el virus está para quedarse, que debemos convivir con el y combatirlo con raciocinio, distancia social, lavado de manos y mascarillas entre otras medidas, no lo superaremos. Los negacionistas son un escollo en el camino, pero afortunadamente muy minoritario. Y se rebaten con ciencia y argumentación.  Este proceso nos costará caro, desde el punto de vista físico, mental y económico, pero debemos y tenemos que conseguirlo.   

¡Ser preventivos y no correctivos!

Prevención y concienciación contra el COVID-19.

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